MI FAMILIA, MI VIDA.

A medida que pasa el tiempo estoy más convencida que la familia es esencial para llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Las situaciones familiares que los niños viven en casa les afecta en la adquisición de aprendizajes y su desarrollo integral como individuos.

¿No os resultaría difícil ir a trabajar si tenéis problemas con vuestra pareja? ¿O con vuestros padres y hermanos? ¿Si ha habido algún fallecido? ¿O si existen secretos de familia que entorpecen las relaciones entre sus miembros?

Convencida de ello me propuse llevar a cabo un trabajo para el que era esencial la colaboración de los padres. Me propuse  volver a traer a las familias al aula, pero más allá de los padres, queríamos a los abuelos y bisabuelos. Pero no contenta con eso quería que los niños conocieran historias de la vida de su familia, que es su vida. Para ello era esencial contar con los padres y todo aquel que les quisiera informar.

El resultado, como en todo, es espectacular para aquel que lo hace. Hemos tenido familias incompletas y hemos visto que está bien. También familias que no saben nada de algunos de sus miembros y está bien. Familias donde el papá o la mamá no están, e independientemente de los motivos que sean también está bien. Familias que han contado muchas cosas y otras que apenas dicen nada, y todo está bien. Porque al final lo importante es conocer de donde venimos, nuestras raíces y aquello que sabemos nos hará libres y ante lo que no nos han contado mostramos el más absoluto de los respetos, porque así es su manera de protegernos.

Ahora tenemos a las familias acompañándonos en el aula. A los bisabuelos con sus historias de la guerra civil, de lo duro que era trabajar en el campo, de su muerte a manos del bando contrario, de bisabuelas que quedaron solas al cuidado de los hijos esperando que volviera sus maridos... Historias de abuelos poniendo negocios en pueblos, saliendo de esos pueblos para llegar a la capital, de abuelos y abuelas que mueren a edades tempranas a causa de enfermedades dejando a hijos e hijas a cargo del otro progenitor o de otro familiar.... Y la historia de nuestros padres, algunos  de ellos viajando a un país desconocido buscando algo mejor, otros viviendo situaciones de paro durante largo tiempo, otros trabajando de sol a sol, como dírían mis abuelos, por cuatro perras... Y todas esas historias están bien. Todas nos llenan de orgullo porque son nuestras historias, porque de ahí venimos y eso somos.